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Cuando escuchamos el término “emocionalmente fuerte”, muchas de nosotras pensamos inmediatamente la capacidad de ignorar o no sentir nuestros sentimientos. Sin embargo, la verdadera fuerza emocional reside en cómo respondemos a las emociones que nos desafían, no en ignorarlas. Desarrollar resiliencia y fortaleza emocional implica reconocer y procesar nuestros sentimientos de manera saludable en lugar de evitarlos por completo.
Por ejemplo para ser emocionalmente fuertes en medio de la ansiedad, es importante aprender a aceptar nuestras ideas y sentimientos en lugar de evitarlos o para ser emocionalmente poderosas, es importante validar nuestros sentimientos de enojo en lugar de rechazarnos o criticarnos a nosotras mismas.
Desarrollar una relación sana con nuestras emociones requiere esfuerzo, pero también nos ayuda a generar resiliencia y fortaleza ante el dolor que se presenta durante cualquier etapa de la vida. Por eso desarrollar prácticas que fomenten la tolerancia y la aceptación de todas las emociones, incluidas las que no nos gustas, es el método más eficaz para lograrlo. Si quieres desarrollar fuerza emocional, esfuérzate en cultivar estos cuatro comportamientos.
Controle tu atención, no tus emociones:
Un instinto común cuando nos enfrentamos a emociones que no nos gustan es tratar de controlarlas o reprimirlas, como intentamos hacer con casi todo en nuestra vida. Sin embargo, las emociones no están directamente bajo nuestro control. En cambio, las personas emocionalmente fuertes se concentran en dirigir su atención. Sólo indirectamente, principalmente a través de las cosas en las que eliges pensar y concentrarte, eres capaz de controlar tus emociones. Al elegir hacia dónde dirigir sus pensamientos y energía, pueden mitigar patrones de pensamiento inútiles como sobre-prensar o preocuparte. En lugar de intentar controlar tus emociones, acéptalas y elige centrarte en acciones o pensamientos constructivos.
Práctica el diálogo interno compasivo:
Contrariamente a la creencia popular, la fortaleza emocional no es sinónimo de autocrítica ni de dureza. Las mujeres emocionalmente fuertes comprenden la importancia de la autocompasión. En lugar de reprenderse a sí mismas por experimentar emociones negativas, se ofrecen amabilidad y comprensión. El diálogo interno compasivo permite a las personas navegar por emociones difíciles sin agregar capas innecesarias de vergüenza o culpa.
Toma decisiones basadas en valores, no en emociones:
Si bien las emociones pueden proporcionar información valiosa, las mujeres emocionalmente fuertes comprenden la importancia de tomar decisiones basadas en sus valores y no únicamente en sus sentimientos. Al alinear sus acciones con sus creencias y compromisos fundamentales, pueden tomar decisiones que sirvan a su bienestar a largo plazo, incluso frente a emociones desafiantes.
Establecer y defender límites sensatos:
Esto puede resultar incómodo, pero es esencial para el bienestar de cualquier ser humano. Las mujeres emocionalmente fuertes defienden sus necesidades y deseos estableciendo y manteniendo límites saludables en sus relaciones e interacciones de cualquier tipo. Esto puede implicar decir no a demandas irrazonables o afirmar sus preferencias de manera asertiva. A pesar del malestar a corto plazo, mantener los límites contribuye en última instancia a una mayor resiliencia emocional y respeto por una misma.