
inspiración
Porque cuando te das permiso de sentir, todo cambia.
A veces creemos que sentir demasiado nos hace débiles, pero es justo lo contrario. Cuando te das permiso de sentir —sin juzgarte, sin huir, sin esconderlo— todo se acomoda. Sanas, creces y te reencuentras contigo. Porque sentir no te quiebra: te despierta.