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Hay momentos en los que sentimos que las ganas están, pero el rumbo se diluye. Queremos avanzar, cambiar, crear algo nuevo… pero la rutina, el cansancio o el ruido externo nos desconectan. Y justo ahí, entre el deseo y la dispersión, aparece un hábito tan sencillo como poderoso, del que habla el médico y conferencista Mario Alonso Puig: dedicar 15 minutos al día a la atención consciente. Sí, solo 15 minutos. Pero bien hechos.
El ritual de los 15 minutos
El método de Mario Alonso Puig se basa en crear cada día un pequeño espacio de silencio, claridad y foco. Un ritual diario que no busca productividad extrema, sino presencia real.
Así funciona:
1. Silencio (3–5 minutos)
Antes de abrir el correo o mirar el teléfono, detente. Respira. Quédate contigo. Según Puig, “encontrar momentos para estar a solas y saberse recoger en la quietud y el silencio, al menos durante unos minutos al día, es necesario para mantenerse sano y equilibrado”. Ese breve momento de calma ordena tu mente antes de que empiece el día.
2. Claridad (1 minuto)
Escribe una sola frase de intención. No un “por qué”, sino un “para qué”. Cuando conectas con el para qué de lo que haces, tu mente deja de dispersarse. Como dice Puig, “una vida con sentido es una vida feliz… que se vive con profundo sentimiento de asombro y gratitud”. Esa frase se convierte en tu ancla. Tu recordatorio de propósito.
3. Microplanificación (5–7 minutos)
Elige tres acciones concretas que te acerquen a tus objetivos. No más. El cerebro responde mejor a metas visibles y realistas. Prioriza primero lo importante, luego lo urgente. Y cuando llegue la hora de hacerlas, apaga las notificaciones, deja el celular boca abajo y hazlo presente.

¿Por qué funciona?
Porque no se trata de hacer más, sino de mirar mejor. El mindfulness, recuerda Puig, es “la capacidad de estar plenamente presente, momento a momento, en lo que está ocurriendo aquí y ahora”. Cuando practicas este ritual, alineas tus tareas con tu identidad. No solo haces, sino que te conectas con quién quieres ser mientras lo haces.
Además, unos minutos de silencio reducen el estrés, equilibran el sistema nervioso y mejoran la claridad mental. Y esa combinación: presencia, intención y acción consciente, es la fórmula perfecta para que las metas no se queden en papel, sino que empiecen a suceder.

¿Cómo empezar hoy?
Empieza mañana, o mejor aún, hoy. Busca un lugar tranquilo. Respira. Escribe tu “para qué”. Elige tres cosas que te acerquen a lo que realmente importa. Y repite. Cada día.
En pocas semanas notarás la diferencia: menos ruido, más foco, más conexión contigo.
Porque los grandes cambios no siempre llegan con grandes gestos, sino con pequeños actos de conciencia que repites con amor.