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Hay frases que repetimos sin pensar, como si fueran verdades absolutas. Las decimos en voz alta o en silencio, cargadas de cansancio, miedo o resignación. Pero ¿y si el problema no es lo que estás viviendo, sino el significado que le das? A veces no necesitamos cambiar de vida, sino de perspectiva. Aquí te dejo 5 frases que probablemente has dicho más de una vez… y que hoy te invito a reescribir desde la fuerza, la esperanza y el amor propio.
1. “Voy a empezar desde cero”
¿Desde cero? No. Estás empezando con toda tu historia, con todo lo que has vivido, sentido y aprendido. No estás en blanco, estás llena de experiencia. Estás empezando con más sabiduría, más intuición y más claridad que nunca. No es un borrón, es una evolución.
2. “Nada es como antes”
Y qué suerte. Porque tú tampoco eres la de antes. Porque ya no quieres lo mismo, ya no necesitas lo mismo, y eso no es una pérdida, es una prueba de que estás creciendo. Nada es como antes… y ahí está la oportunidad de hacerlo aún mejor esta vez.
3. “Lo di todo”
Sí, y eso te hace libre. No hay nada que lamentar cuando diste todo de ti. No significa que te vaciaste, significa que fuiste valiente, que amaste con todo, que fuiste leal a lo que sentías. Lo diste todo… y ahora puedes darte a ti.
4. “Está fuera de mi control”
Perfecto. Porque justo ahí, cuando sueltas, cuando confías, cuando dejas de querer controlar lo incontrolable, nace la paz. No tienes que tener todas las respuestas ni todos los planes. Solo necesitas confiar en tu capacidad de adaptarte, de responder, de fluir.
5. “Vienen muchos cambios”
Y tú estás lista. A lo mejor no lo sabes todavía, pero ya estás hecha para transformarte. Cada cambio trae una versión más sabia de ti. No les tengas miedo. Abrázalos. Vienen muchos cambios… y cada uno puede acercarte más a lo que sueñas.
Tu historia no está escrita en piedra. Puedes cambiar el tono, el enfoque, las palabras. Puedes hacer que duela menos o que inspire más. Puedes volver a ti, una y otra vez, con la certeza de que todo lo que estás viviendo tiene un propósito. Reescribe tu historia. Ya no desde el miedo, sino desde la fuerza de saber que todo lo que te pasa… también te está formando.